RSC, los valores venden

RSC, los valores venden

Es posible que, sobre el papel, la coyuntura económica no sea la mejor para fortalecer la responsabilidad social en las empresas de menor tamaño. La incertidumbre económica y la bajada en el consumo hace que las empresas, sobre todo las pequeñas,  se centren en otros aspectos, básicamente el precio, para adaptarse a una menor demanda y a una menor confianza generalizada en la economía. Acudimos al informe Forética de 2011 para comprobar que son las pequeñas empresas las que más recortan en esta partida frente a las empresas de mayor tamaño que parecen apostar claramente por mantener su política de RSC.

Estos días hemos visto un ejemplo de cómo una estrategia basada en la Responsabilidad Social sirve para lograr un posicionamiento inmejorable, y además en una empresa española.

 

Está buenísimo pero… ¿es ético comerlo?

El ciudadano valora las marcas que muestran una actitud responsable hasta el punto de llegar a determinar la decisión de compra, aunque el consumidor en España no ha adaptado aún la actitud de castigo que muestran por ejemplo los estadounidenses contra las empresas poco sensibles a su código de valores. Ni aunque se trate de la admiradísima Apple.   Pero en el polo contrario estos días hemos visto un ejemplo de cómo una estrategia basada en la Responsabilidad Social sirve para lograr un posicionamiento inmejorable, y además en una empresa española, que nos viene a dar una alegría en medio de tanto pesimismo. La Patería de Sousa, especializada en deliciosos patés no solo ha conseguido que la influyente revista Time le dedique un artículo sino que hasta el mismísimo Barack Obama promocione su producto. ¿Puede haber mejor publicidad?

 

El muy francés foie se enfrenta a la prohibición de su consumo al algunos estados y al estigma social en casi todo el país por su método de producción…

Los consumidores en Estados Unidos sí que tienen una larga tradición de castigo a las marcas o productos irresponsables. Nike, McDonalds o Coca-Cola lo han vivido en sus carnes,  y ahora es un producto en concreto, el muy francés foie, el que se enfrenta a la prohibición de su consumo al algunos estados y el estigma social en casi todo el país por su método de producción.  La alimentación forzosa, que convierte en una tortura la cría de estos animales para lograr que su hígado cuadriplique su tamaño habitual, provoca una mala conciencia que supera a la indudable exquisitez del producto. Los productores franceses han reaccionado con una oposición tan obstinada como ineficaz y en medio de la polémica ha conseguido colarse esta fábrica extremeña que, a la calidad de sus patés de cerdo, ha añadido la buena imagen de su foie de oca…criada en libertad.

Ocas felices. Ellas sí que venden.

La RSC suele funcionar mejor cuando se aplica con reposo, y así ha sido en el caso de esta empresa a la que no se puede acusar de oportunista porque lleva elaborando este producto al menos desde 2006. La RSC no debe ser una acción solo para obtener un resultado. Requiere una actividad continuada y sobre todo un compromiso honesto por parte de la empresa. En este caso con alimentos de “producción ética”, un valor que vende, también en las pequeñas empresas. Ahora que la exportación es la piedra de toque de nuestra recuperación económica conviene recordarlo.

 



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