06 Jul Formación = Rentabilidad
La formación en asuntos relacionados con la comunicación es esencial para poder transmitir una imagen seria, rigurosa, potente, a través de los medios escritos o audiovisuales. Para una empresa del sector, su mejor tesoro es la plantilla de comunicadores que sea capaz de proyectar la imagen de esa compañía con garantías de que va a estar en los primeros lugares para conseguir audiencia. El media training o el entrenamiento para actuar en los medios, es necesario si se quiere cumplir un buen papel en el espectro comunicativo, con especial relevancia en la televisión por ser el que mayores seguidores tiene. Pero esa formación no ha de ser exclusivamente intelectual.
Como decía Don Hilarión en la célebre zarzuela ‘La verbena de la Paloma’, “hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad” y hay que sumarse a esos adelantos. En la televisión es ya un ‘clásico’ el auto-cue, ese aparato que permite a quien se sienta delante de una cámara leer lo que está diciendo, dando la sensación de que lo hace sin papeles, de memoria o con una capacidad notable de improvisación. Un instrumento que manejaba alguien desde el control de realización para que los textos fueran moviéndose al ritmo que precisara quien los leía. Pero hoy el auto-cue se ha modernizado y suele manejarlo con el pie el propio presentador, lo que a veces lleva a situaciones comprometidas. Y eso es lo que le ha sucedido en sus inicios al frente de la presentación del ‘Diario de la noche’, de Telemadrid, al periodista Herman Tertsch, poco acostumbrado al artilugio tal vez por su procedencia de los medios escritos.
Sirva este ejemplo para no echar en saco roto lo beneficioso que le resultaría a las empresas formar bien a sus trabajadores -incluso en algo tan simple como el manejo coordinado de un pedal-, porque éstos son la imagen que transmiten de ellas, para bien o para mal. Cuantas más habilidades comunicativas se sea capaz de poner en marcha, mejores resultados se obtendrán en la apuesta diaria por un buen sitio en el amplio panorama de la televisión, ya que viene al caso, aunque el ejemplo es aplicable a cualquier otra actividad. Lo que no se sabe vender bien es como si no existiera.