Comunicación y gestión del cambio

Comunicación y gestión del cambio

Compartimos mesa y mantel hace unos días con la dircom de una importante empresa de alimentación de Canarias que, basándose en su experiencia reciente, nos mostró de primera mano las dificultades comunicativas a las que se enfrenta una empresa en plena transformación.  Una charla doblemente interesante porque nos mostraba aspectos comunes de cualquier crisis de comunicación en las empresas, pero también esos ángulos que distinguen la acción empresarial en las Islas respecto a otros territorios, más maduros quizá en algunos apectos relacionados con la comunicación estratégica.

 

 

 

Un ejemplo de crisis.

 

La gestión del cambio es un proceso imprescindible en empresas que se tienen que adaptar a mercados más exigentes y desde luego, más competitivos. ¿Cuánto puede facilitar una comunicación eficaz ese periodo?

Vivimos tiempos en los que la flexibilidad de las organizaciones decide su capacidad de supervivencia. La gestión del cambio es un proceso imprescindible en empresas que se tienen que adaptar a mercados más exigentes y desde luego, más competitivos. ¿Cuánto puede facilitar una comunicación eficaz ese periodo de cambio? O planteado de otra manera ¿Hasta qué punto depende de una buena comunicación que esa transición sea más rápida y eficaz? Pues hasta el punto en que queramos liderar la percepción que ese cambio genere.  Muchas veces no es necesaria una mala noticia para provocar una crisis de comunicación: La llegada de nuevos inversores o la absorción de una marca por otra, puede ser incluso una noticia positiva pero hay que modular el mensaje de acuerdo con la estrategia que acompaña a los cambios, dirigiéndola eficazmente a cada grupo de interés.

 

Decía una experta en comunicación que ante los cambios empresariales los trabajadores se deben sentir protagonistas del cambio, no víctimas

Decía una experta en comunicación que ante los cambios empresariales los trabajadores se deben sentir protagonistas del cambio, no víctimas. Difícilmente lo conseguiremos si éstos no comparten los principios que sostienen la marca resultante o el objetivo estratégico de los cambios. Añadamos el resto de públicos estrategicos al proceso: clientes, inversores, proveedores, medios de comunicación… y entenderemos la necesidad de una gestión eficaz y experta de la comunicación sobre todo en estos tiempos de crisis.

El tamaño de la empresa determina la escala, no el proceso.

 

Siempre que llegamos a este punto solemos encontrarnos con la misma cuestión  ¿Y las Pymes? ¿Es rentable para las empresas de menor tamaño acompañarse de una comunicación profesionalizada?  Nuestra ponente coincidió con nosotros en que un buen plan de comunicación es tan necesario como un plan de negocio, pero adaptado a las necesidades (y en estos tiempos a las posibilidades) de cada empresa. Las personas se comprometen con aquello en lo que creen, y eso vale para todos ¿no les parece?



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