“Véndela otra vez, Sam”

“Véndela otra vez, Sam”

¿Qué tiene que haber pasado para que el Comité Olímpico Internacional (COI) haya dicho en su valoración de la candidatura de Madrid como sede de los Juegos Olímpicos de 2016 que la documentación y las presentaciones hechas por sus responsables a principios de mayo pasado fueron de una “calidad variada”? ¿Fallos en la comunicación? ¿Una mala puesta en escena de las capacidades de la capital de España para hacerse con la Olimpiada?

Veamos. Entre el 5 y el 8 de mayo último, la Comisión de Evaluación del COI visitaba Madrid para llevarse una idea muy aproximada de cómo la ciudad afrontaría la celebración de los Juegos, desde todos los puntos de vista posibles. Así tendría datos suficientes para decidir entre las cuatro aspirantes: Tokio, Chicago, Río de Janeiro y la propia Madrid, decisión que se hará pública el próximo 2 de octubre en Copenhague.

Después de dar a conocer la semana pasada el resultado de un informe, previo a la decisión final, la Comisión de Evaluación del COI deja abierta una puerta a la especulación: Madrid cumple con casi todo pero el documento se muestra bastante crítico con varios aspectos de la candidatura madrileña, como la “necesidad de delinear claramente los papeles y responsabilidades” en el organigrama administrativo que propone, al tiempo que afirma que no está claro que la legislación española antidopaje esté en consonancia con el código de la Agencia Mundial Antidopaje”.

Hasta ahí, todo entra dentro de la lógica porque parecen asuntos que se pueden solventar, pero la tercera objeción es la ya dicha de la “calidad variada”. Se ha comentado varias veces en este blog que un buen producto necesita una buena venta, una buena manera de comunicar que se está ante lo más sobresaliente. De poco sirve que en el caso de Madrid 2016 se ofrezca la mejor de las posibles candidatas pero que no se sepa ‘vender’, como parece que ha indicado el Comité Olímpico Internacional. De todas formas, el alcalde Ruiz Gallardón está convencido de que todo va ir bien.

Cabe preguntarse también qué puntos no le han quedado claros al COI para presentar esa tercera observación. ¿Habrán sido tan poco hábiles los responsables de Madrid 2016? Cuando en su anterior intento para que se celebraran los Juegos de 2012 sí fueron capaces de transmitir todo lo que ahora se ve ensombrecido por la duda; una de las pegas fue una posible amenaza a la seguridad, algo que no sólo afectaba a Madrid, por lo que cuesta creer en la poca maestría de quienes tenían que presentar el proyecto con las mayores garantías posibles.

Duda ingenua: ¿a lo mejor estamos ante una valoración simplemente política?

 



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