Subrayados_02. Manuel Martínez-Fresno

Subrayados_02. Manuel Martínez-Fresno

Pensábamos hablar sobre todo de protocolo como código de comunicación, porque es lo suyo. Teníamos verdadera curiosidad por observar la elaboración del mensaje a través de la pompa, los gestos y el detalle. Pero la charla con Manuel Martínez-Fresno nos dio para mucho más. No en vano está al frente del departamento de Relaciones Institucionales y Participación Ciudadana del Gobierno de Canarias. Como director general de esta área, Martínez-Fresno tiene clara la imagen que quiere que otras instituciones, particularmente las europeas, se lleven de Canarias. Una labor en la que aspira a implicar a todos los ciudadanos canarios. La impresión que nos transmite durante la comida no puede ser más sencilla: Manuel sabe de lo que habla.

_______MENÚ_______

Entrantes

Ensalada de flores, frutas y foie con vinagreta de parchita

Bocadillo de atún

Segundos

Cabrito a baja temperatura con papa negra y menta

Bacalao confitado sobre arroz basmati cremoso con leche de coco y cebolletas

Postres

Coulant de chocolate belga

Maracuyá helado

Royal de fruta de la pasión con espuma de coco

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Vinos Pacs del Penedés:  Hisenda Miret 2006 y Mas Irene 2001

Cafés

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Hemos elegido un restaurante tranquilo, con un jardín que se derrama sobre el Atlántico, donde el único ruido perceptible es el zumbar de las abejas que se deben estar poniendo las botas en alguno de los jardines cercanos. Una estampa parecida a la que se va a encontrar Manuel Martínez-Fresno, dentro de unas horas, en la asturiana localidad de La Granda donde va a impartir unas charlas sobre símbolos e identidad. Nos cuenta que su intervención se va a centrar en el himno de Canarias y su dimensión simbólica.

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Manuel Martínez-Fresno: El himno es uno de los símbolos principales para muchos pueblos y, evidentemente, uno de sus elementos de identidad más reconocibles aunque como el nuestro es muy joven aún no se ha asimilado lo suficiente entre los ciudadanos.

Woll Consultores: Y eso que el arrorró es uno de los temas más conocidos para los canarios.

MMF: Si, pero el ciudadano tiene que adaptarlo a una circunstancia concreta, a una idea que dé valor a esa música y que la empape de sentimiento. Que es lo que ocurre, por ejemplo, con un villancico, mucho más moderno que el arrorró y que se saben todos los canarios. La gente se emociona cuando escucha “Siete sobre el mismo mar…” y es algo espontáneo.

W: Lo que ocurre es que se relaciona con la Navidad, buenos sentimientos, y en la letra están presentes todas las Islas. Hay una cierta comunión entre todos cuando escuchamos esa música…

MMF: Eso es precisamente lo que tendríamos que lograr con el himno. Que lo hagamos nuestro. De cada uno.

W: A veces da la sensación de que dejamos de lado los símbolos de Canarias frente a los insulares. Al menos aquí, en el Archipiélago, porque fuera de las Islas hemos comprobado que la marca “canario” se lleva con orgullo.

MMF: Y eso que muchas veces esos símbolos que se suponen canarios se adulteran por culpa de la distancia, hasta tal punto que dejan de ser reales y se convierten en símbolos distintos a los de aquí. Pero no importa que cambie la vestimenta o las canciones suenen distintas. Ellos lo sienten como propio, y basta con eso aunque la autenticidad estética o visual no sea la misma; lo que importa es el sentimiento, y ellos sienten Canarias aunque la simbología identitaria no sea muy ortodoxa.

W: Si partimos de esa premisa quizá habríamos escogido otro himno para Canarias, por ejemplo ese villancico.

MMF: Es probable. Pero conviene inculcar la importancia de nuestros símbolos con perspectiva histórica. El autor del himno es Teobaldo Power, un músico que de no haber muerto tan joven (a los 36 años) probablemente se habría situado a la altura de Falla o Chopin.  Los Cantos Canarios son una auténtica obra maestra, y sin embargo se le valora más fuera de las Islas que aquí.

“Hay muchísimos canarios que podrían mostrar una imagen moderna de Canarias, que transmitiera iniciativa,  creatividad, talento…”

W: Al final volvemos a valorar más lo de fuera que lo de aquí, lo de que nadie es profeta en su tierra.

MMF. Tenemos la tendencia de buscar, entre todas las virtudes, siempre el defecto. Y al final eso se traduce en no arriesgar y se traslada a varios ámbitos. Por ejemplo, en la promoción turística van surgiendo voces que piden algo distinto a lo que esperan los turoperadores, de manera que podamos ofrecer una imagen distinta de Canarias.  Miremos a los canarios que triunfan en el resto de España y en todo el mundo ¿Por qué no mostrar el Archipiélago como una tierra de creadores o de innovación?

W: A Manolo Blahnik muchos lo conocieron por una serie de televisión, “Sexo en Nueva York”, y es palmero.

MMF: Hay muchísimos canarios que son referencia fuera de las Islas y que podrían mostrar una imagen moderna de Canarias; una imagen moderna que transmitiera iniciativa,  creatividad, talento…

W:  Me pregunto si desde la Administración, donde desarrollas ahora mismo tu actividad, hay una coordinación entre departamentos respecto a la comunicación gubernamental. Porque parece  que a veces se transmiten mensajes contradictorios y da la sensación de que va cada uno por su lado…

MMF: Hay reuniones semanales para establecer estrategias comunes, pero no siempre se consigue el objetivo de trasladar esa imagen a la ciudadanía. A mí me ha dado una imagen muy clara de la situación el proceso de elaboración de la ley de participación ciudadana.  Ha habido numerosas  reuniones en las que he percibido un cierto desencanto con las instituciones en general, de manera que las ven cada vez más lejanas. No se sienten parte de ellas.

“Desde las instituciones es difícil trasladar a los ciudadanos los resultados de una gestión. Y uno de los obstáculos es la incapacidad para admitir errores.”

W: Pero ahí también el ciudadano tiene cierta responsabilidad. Porque tendemos a considerar la Administración,  en sentido amplio, como algo que no nos incumbe, mientras  que, por ejemplo, en los países anglosajones vemos a los ciudadanos plenamente implicados en la gestión de sus intereses colectivos. Ellos participan en la vida política de forma más activa aunque no se dediquen profesionalmente a ella.

MMF: Es difícil cambiar ese concepto, sobre todo en tiempos difíciles, pero también es verdad que desde las instituciones es difícil trasladar a los ciudadanos los resultados de una gestión. Y uno de los obstáculos a salvar es la incapacidad de los gestores públicos, en general, para admitir errores. Hay miedo a comunicar el error, pero en mi opinión la rectificación genera credibilidad, de manera que al destacar cualquier logro se conseguirá también un efecto mayor.

W:   ¿Cómo se transmite esa imagen positiva?

MMF: Mostrando cómo se trabaja. Hay que convencer a los ciudadanos de que en medio de la batalla política de las siglas, hay posibilidad de llegar a acuerdos y que a partir de entonces es posible un trabajo común al margen del partido o la institución a la que se represente

W: ¿Has podido aplicar este método, por ejemplo, en la ley de participación ciudadana?

MMF: Sí, hasta el punto de que me han criticado por no haber dado más publicidad a este asunto durante su elaboración. Pero es que creo que la fase previa debía estar al margen de cualquier tipo de politización, así que nos dedicamos a trabajar sin convocar a los medios, sin que hubiera foto oficial. Simplemente, trabajar.

W:  Pues lo más probable es que a medio o largo plazo eso redunde en beneficio del gestor que lo potencia, pero para eso hay que tener paciencia y una estrategia clara. El problema quizá esta en cómo transmitir y hacer rentable políticamente esa forma de trabajar.

MMF: Con perseverancia. Tendiendo en cuenta las aportaciones de los ciudadanos y haciendo partícipes de cada proyecto a todas las instancias políticas que puedan estar interesadas. Puedo decir que he recorrido Canarias entera visitando prácticamente todos los ayuntamientos y de esa manera, con una comunicación directa y cercana, creo que he logrado el apoyo y la implicación de casi todos, por ejemplo en esta ley de participación ciudadana que está a punto de ver la luz.

“Creo en un protocolo en función del equilibrio, de manera que sea una herramienta a nuestro servicio.”

W: Tú eres experto en protocolo, una disciplina interesantísima para nosotros por cuanto establece un código comunicativo, una especie de lenguaje no verbal basado en pautas de comportamiento y convenciones sociales ¿Hasta qué punto te han podido servir esos conocimientos en otros ámbitos?

MMF: Lo veo como una herramienta de trabajo para transmitir, en combinación con otras disciplinas, una imagen positiva. Creo en un protocolo en función del equilibrio, de manera que sea una herramienta a nuestro servicio.

W:  A veces parece que ocurre al contrario, que nosotros estamos al servicio del protocolo…

MMF:   Hay que evitarlo. Su función es facilitar las cosas, no ponerlas más difíciles, aunque a veces hay que mostrarse intransigente, precisamente para que no se transmita un mensaje equívoco. Por ejemplo, en el caso de la representatividad de los cabildos. Nos costó mucho esfuerzo convencer a la Casa Real de que la importancia de los Cabildos en las Islas es mucho mayor a la de sus órganos equivalentes en la Península, que son las Diputaciones. Hoy en día se entiende así y los Cabildos ocupan un lugar preeminente en el protocolo.

W:  ¿Y qué formación es la adecuada? ¿Cómo se forma un experto en protocolo?

MMF: Yo recomiendo que se formen más allá de los cursos de protocolo propiamente dichos, porque eso les va a dar una visión más amplia que la del ceremonial estricto. Por ejemplo, son muy útiles los cursos de marketing o de dirección escénica, incluso de diseño gráfico. Todo eso, aderezado con cierta capacidad de improvisación que nunca viene mal.

W: ¿Y Canarias está a la altura?

MMF: En todos los ámbitos profesionales Canarias puede competir al nivel más alto. Insisto en que estas Islas contienen muchísimo talento creativo y una enorme profesionalidad. Pero tenemos que creer en ello, tenemos que sacudirnos los complejos; sólo así podremos transmitir a los demás ese mensaje de modernidad y de trabajo bien hecho.  Nos falta lograr que los canarios sientan suyo todo el Archipiélago, no sólo lo que se encuentra en su isla. Ese sería un enorme paso para lograr ese objetivo.

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Se nota que Manuel ya ha dado ese paso porque se le ve orgulloso de sus Islas. De todas. La conversación se alarga tanto como esta tarde de verano en la que hemos rebañado el plato sin pudor , y hemos puesto los codos sobre la mesa. De vez en cuando no está mal saltarse el protocolo.

 



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