Réplicas autoprovocadas

Réplicas autoprovocadas

Las crisis de reputación son fenómenos vivos, que nacen, se desarrollan, pero en realidad, nunca mueren. Al menos no del todo. Después de superar la fase más aguda lo normal es que bajen en intensidad y se diluyan más o menos rápido, dependiendo de la pericia con la que se hayan resuelto. Pero cualquier responsable de comunicación le dirá que tarde o temprano la crisis se reproduce, como si se tratara de la réplica de un terremoto. Basta que surja una nueva información, o un caso parecido que dé lugar a paralelismos para que se vuelva a hablar mal de la marca en cuestión.

Las crisis de reputación son fenómenos vivos, que nacen, se desarrollan, pero en realidad, nunca mueren. Al menos no del todo

En el caso de las crisis online, hay que tener en cuenta que lo que se vuelca en la red permanece navegando para siempre en el océano digital, con lo que las réplicas pueden volver antes. Hace poco tiempo las redes sociales hervían con un artículo del diario El País sobre un experto presentado en el Senado por el PP, que calificaba la homosexualidad como una enfermedad. El artículo se extendió por Facebook y Twitter generando una enorme contestación y provocando opiniones en contra de una noticia que se había publicado… en 2005 . La naturaleza indeleble de la información que entra en la red…

El bombero pirómano en Telecinco.

Al final la réplica  es coyuntural a la crisis de reputación, pero no lo es tanto que sea la marca la que genere su propia réplica. Hace poco hemos asistido a un caso de réplica autoinflingida cuando Telecinco decidió resucitar la polémica por la entrevista de la madre del sujeto apodado el Cuco, lo hizo denunciando al instigador del boicot contra la cadena por la emisión de aquel programa. Aquel ataque al principal sustento de la cadena, sus anunciantes, no se resolvió bien en un principio, pero finalmente se contuvo.

Al final la réplica  es coyuntural a la crisis de reputación, pero no lo es tanto que sea la marca la que genere su propia réplica. Hace poco hemos asistido a un caso de réplica autoinflingida con Telecinco…

Lo absurdo es que sea la propia cadena la que vuelva a recordar el asunto y provoque con ello un nuevo llamamiento de boicot a través de la red que movilizó otra vez a miles de personas. Probablemente alguien pensó que una denuncia serviría para conjurar nuevos ataques contra la cadena cuando en realidad no hay nada que genere una mayor reacción entre los usuarios de la red que un intento de mordaza. Afortunadamente para los intereses de la empresa, alguien decidió que ya estaba bien de boicot, y ordenó retirar la demanda. No servirá para evitar nuevas crisis pero si para conjurar una réplica que amenazaba con alcanzar la magnitud de la crisis original.



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