La Boquería: asesores en comunicación en Canarias

La Boquería: asesores en comunicación en Canarias

Pocas cosas pueden decirnos tanto de una cultura o de una sociedad  como sus mercados. Somos muchos los viajeros que reservamos al menos un día para acercarnos al mercado de la ciudad que visitemos. Es una manera rápida de contemplar un modo de vida  a través de los alimentos y de las gentes que se citan en torno a ellos. Mercados, mercadillos, recovas, lonjas, cofradías, subastas, ferias…, no importa el nombre. El hombre y su entorno se muestran auténticos en sus relaciones y costumbres frente a expositores repletos de fruta  y de verdura, de carnes y pescados… El latido de la ciudad se puede sentir en estos lugares.

Hace unos días han estado en Canarias, concretamente en Tenerife,  los representantes del Mercado de la Boquería de Barcelona, uno de los más conocidos en todo el mundo. Visitaron los mercados de Nuestra Señora de África y el Municipal de La Laguna, mientras se desarrollaba en el Recinto Ferial el “I Encuentro Regional de Mercados Locales de Abastos”,  en el marco de la Feria de Alimentación de Canarias. Una iniciativa que debería servir para que un establecimiento que es una referencia dentro y fuera de España, como el Mercado de la Boquería, pueda asesorar a los mercados canarios en algunos aspectos que van más allá de la calidad de su productos, y que permitan mejorar su rentabilidad y competitividad.  En una constante competencia con los súper, híper y grandes superficies, los mercados tradicionales tienen que identificar sus armas principales y emplearlas eficazmente para diferenciarse y dotarse de valor.

Volvemos a hablar de la importancia de comunicar. La capacidad del mercado catalán para hacer un buen merchandising de sus productos a través de su estudiada colocación y su casi hipnótica sucesión de colores en los puestos de fruta y verdura, es un valor a tener en cuenta. Buena parte de su éxito radica precisamnete en la excelente presentación de los géneros que se muestran en casi todos los puestos. La exposición masiva y ordenada de mercancía da sensación  de abundancia y provoca en el cliente el impulso de comprar.

Por otro lado, no creemos que la calidad de los productos sea un parámetro desconocido para los mercados canarios. La confianza de los consumidores en sus tenderos “de siempre” hace que estos establecimientos se mantengan pese a la feroz competencia.  Pero se pueden aportar nuevas ideas para encontrar espacios de contacto complementarios.   Un ejemplo lo encontramos en la página web del Mercat de la Boquería (una página web que viene traducida incluso al japonés. ¿Por qué nos sorprendemos?) donde se ofrecen cursos y talleres en un aula que el propio mercado pone a disposición de los ciudadanos. La Comunicación de nuevo como factor de innovación.

Primero por los ojos…

El caso es que el Mercado de la Boquería es desde hace tiempo uno de los principales atractivos turísticos de la Ciudad Condal. ¿Por qué no trasladar este éxito aquí, en Canarias? ¿Por qué no vertebrar parte de la identidad de las ciudades a través de sus mercados? Una posibilidad de desarrollo de identidad ciudadana, de branding-ciudad si lo prefieren, podría partir precisamente de los mercados tradicionales. Tanto el de Nuestra Señora de África, en Santa cruz de Tenerife, el Municipal de La Laguna (aunque éste, en un lugar provisional por el momento)  y el de Vegueta, en Las Palmas de Gran Canaria, o en tantos otros repartidos por todas las Islas, están ubicados en lugares privilegiados que podrían servir para vertebrar un atractivo concepto de ciudad que incluyera a los mercados tradicionales entre las principales atractivos turísticos, pero también como punto de referencia para los propios ciudadanos.

El Mercado de San Miguel. Un imprescindible.

Estamos ante una excelente oportunidad, por ejemplo en el Mercado Municipal de la Laguna, donde en breve tendrán que decidir qué tipo de espacio quieren para su mercado, una vez abandonen el lugar provisional que ocupa ahora. Las opciones son muchas pero han de partir de un concpeto claro y perfectamente delimitado que aportará valor, no sólo a los vendedores habituales del mercado sino también a la ciudad que lo acoge.

Una muestra de innovación en este sentido lo encontramos en el Mercado de San Miguel, en Madrid, que aunque no es un mercado municipal,  en apenas dos años se ha  convertido en una visita imprescindible en la capital de España. En este caso se apostó por crear algo nuevo a partir del concepto de mercado tradicional, en el que podemos comprar productos de calidad y también degustarlos allí mismo. De tal manera que el mercado aprovecha esa función socializadora de ese espacio en el que todo el mundo se ve y se habla, habilitando unas barras y dejando que se consuma allí lo que se compra. Otra forma de vender y, sobre todo, de competir, en la que el branding, como creador de conceptos y una de las bases principales de la innovación, vuelve a mostrarse como una herramienta de enormes posibilidades. Tomamos nota.

 



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