Ante el conflicto… ¡Comunicación!

Ante el conflicto… ¡Comunicación!

Normalmente observamos el conflicto como un mal evitable.  Una situación incómoda e indeseable que conviene esquivar a toda costa para no pasar un mal rato.  Idealizamos nuestro día a día excluyendo cualquier situación que nos obligue a posicionarnos frente a otra persona con intereses u opiniones opuestos a los nuestros.  Nos gusta pensar que podemos vivir sin conflictos… pero no es así.

Normalmente observamos el conflicto como un mal evitable. Nos gusta pensar que podemos vivir sin conflictos…pero no es así.

Hace un par de semanas disfrutamos con unos amigos de una excelente comida. A la hora de elegir el vino y se desató el conflicto: ¿Rioja o Ribera? Dos de los asistentes se enrocaron en sus posiciones en favor de uno y otro caldo y se produjo una tensión mayor de la que merecía el asunto por una mala comunicación entre ambos.

Los conflictos están a la orden del día en el ámbito personal. No es por tanto cuestión de evitarlos sino de encauzarlos bien, mediante la comunicación.

Los conflictos están a la orden del día en el ámbito personal. Tanto que nuestra primera recomendación es darle normalidad a una situación con la que nos topamos a diario. No es por tanto cuestión de evitar los conflictos sino de encauzarlos bien.  Y eso es una habilidad que se logra a través de una comunicación adecuada.  Huimos del conflicto porque no sabemos exponer nuestras razones y cuando llegamos a él estamos tan obsesionados en hacer valer nuestra posición que simplemente nos olvidamos de los intereses comunes. No sabemos exponer porque no sabemos escuchar.

Durante este mes hemos compartido varias sesiones de trabajo con un sector que debe lidiar a diario con el conflicto. El de los docentes.

Si los conflictos ocurren a diario en el ámbito personal no digamos en el profesional.  Hay sectores más expuestos que otros, para empezar, todos lo que tienen contacto con el público. Pero existen profesionales que deben gestionar bien estas situaciones, porque de su buena resolución  puede depender el éxito de su trabajo.  Volvemos al viejo discurso de las habilidades frente a los conocimientos académicos. ¿De qué sirve un gran expediente si no sabemos generar una buena primera impresión? ¿Cómo podemos generar confianza si no sabemos exponer nuestros argumentos? ¿Lograremos credibilidad si aparentamos miedo a una situación de conflicto con un cliente? ¿Qué futuro tenemos en nuestro trabajo si, cuando es necesario, no sabemos decir no?

¿De qué sirve un gran expediente si no sabemos generar una buena primera impresión? ¿Cómo podemos generar confianza si no sabemos exponer nuestros argumentos?

Durante este mes hemos compartido varias sesiones de trabajo con un sector que debe lidiar a diario con el conflicto casi en la misma medida que exprimir sus habilidades comunicativas para impartir su conocimiento con eficacia. El de los docentes. Los profesores y maestros se enfrentan cada día a situaciones en las que su opinión se opone a la de otros .  No solo frente a alumnos, también frente a los padres o incluso a otros profesores ante los que han de generar la suficiente confianza  para lograr su apoyo.  O escuchar activamente para averiguar sus circunstancias y motivaciones para encontrar puntos de acuerdo…si se quiere.  Se trata de una herramienta más al servicio de los profesores extensible a otras profesiones acostumbradas a lidiar con el conflicto.  Una herramienta basada en el lenguaje verbal, el corporal a través de técnicas teatrales y la gestión de las emociones.

Profesionales de la sanidad, obligados a generar confianza en sus pacientes, farmacéuticos que deben explicar contratiempos de los que no son culpables, abogados que se sientan ante clientes con los que hay que discutir opciones y estrategias, empleados de banca frente a clientes más susceptibles que nunca, funcionarios de ventanilla, dependientes  de comercios que deben dominar un lenguaje asertivo… Todos  se enfrentan cada día al tan denostado conflicto. Todos ellos saben de sobra que el conflicto no es una excepción y han aprendido a darle normalidad, algunos ya conocen incluso nuevas herramientas para transformarlo en algo positivo gracias a la comunicación.

 



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